Es la monumentalidad del antiguo convento de San Vicente Ferrer, la que da vida y asilo al Parador de Plasencia. Un complejo de edificios, donde se reúnen, convento, iglesia de Santo Domingo y palacio de Mirabel. Dentro de este decorado de la historia, se abre el restaurante, un tesoro arquitectónico, ocupando el antiguo refectorio, un espacio rectangular de estilo renacentista, decorado con unos soberbios azulejos de talaveranos del siglo, XVI.
El restaurante es un precioso espacio gastronómico que se adentra por una cocina extremeña con marcada herencia monacal. Unos fogones generosos, por donde desfilan los productos de la gran despensa de las comarcas, productos locales, de la dehesa, la caza, de los productos del bosque y del ibérico, un espacio culinario que se convierte en referente gastronómico para disfrutar de aromas y sabores en el mejor escenario de la historia y de unos fogones que alimentan sensaciones.