Es la Sierra Morena a su paso por la provincia de Sevilla, una mancha verde de dehesa y bosque mediterráneo que da forma a las comarca Sierra Norte y el Corredor de la Plata. Una orografía de valles y sierras, un marco incomparable de la naturaleza que arropa un rosario de pueblos serranos que atesoran su particular forma de vida en uno de los paisajes más privilegiados de la geografía andaluza.El Real de la Jara, Almadén, Cazalla de la Sierra, Constantina y Alanís, son pueblos blancos para descubrir los entramados urbanos, para callejear y compartir vivencias, pueblos para sentir.
Es la Vía de la Plata la que ha marcado la historia de estas tierras, un pasillo natural que durante siglos ha sido paso obligado de las conquistas de los pueblos, del caminar de las culturas y el avance de las civilizaciones.
Una tierra de fronteras, un camino de paso y comercio que ha dejado un reguero de fortificaciones defensivas que se pegan a la historia de otros tiempos.
Para el viajero amante de la naturaleza, nada mejor que adentrarse por la Via verde de la Sierra Norte, que aprovecha el antiguo trazado del tren minero, un camino que acompaña a las aguas del río Huézmar que discurre entre bosques de galerías que nos lleva hasta el Cerro del Hierro, un escenario de roca y campo, espectacular y misterioso declarado monumento natural de Andalucía.
Son cien caminos distintos los que se internan por estas tierras donde el cerdo ibérico no solo es protagonista de la gastronomía serrana si no también un motor económico de una creciente industria.
El Ronquillo y cala presumen de sus matanzas populares, Almadén de su Feria del Jamón, Castilblanco, de su Ruta del ibérico y el Real de la Jara de su Fiesta del Guarrino.
Más al sur, en la ciudad de Sevilla, los aires frescos de la Sierra se funden con los vientos del río, con los paisajes del Bajo Guadalquivir y Doñana. Comer de tapas por Sevilla es caminar a través de una ruta de sensaciones. Son cientos de locales, Tabernas, Bares de Tapas, antiguos y modernos, locales que guardan la esencia y los que se abren a nuevos vientos.
Un entramado de sabores, lugares únicos para compartir, catedrales del sabor que atesoran los secretos de una cocina clásica y tradicional pegada a la tierra pero también de nuevas tendencias, recetas de siempre versionadas a nuevos conceptos, toda una aventura gastronómica que se pierde por las estrechas calles del casco antiguo.
La provincia de Sevilla se abre a un extenso catálogo de actividades gastronómicas, de sensaciones y experiencia donde las cocinas del ibérico están muy presentes
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